Síndrome de Burnout y agotamiento emocional impactan al personal de salud
Además de largas jornadas, trabajadores de la salud enfrentan estigmatización o rechazo por su contacto con pacientes COVID.
Hay que apoyarlos y poner el foco en su salud emocional y mental, insiste especialista.
Es preciso atender salud mental de trabajadores del sector salud, quienes a diez meses de pandemia presentan Síndrome de Burnout, es decir, agotamiento emocional y físico, así como sentimientos de desesperanza, lo cual puede derivar en consecuencias graves a largo plazo, advirtió la Maestra María José Nogueda, Coordinadora de la Licenciatura en Psicología de la Universidad del Valle de México, Campus Veracruz.
Dichas consecuencias pueden ser tal como estrés postraumático, ansiedad o crisis emocionales, abundó.
La Mtra. María José Nogueda, explicó que aunado a las largas jornadas de trabajo, médicos y enfermeras han enfrentado la incertidumbre, estigmatización, rechazo o violencia debido al riesgo constante de contagio por ser parte de la primera línea de atención para combatir al SARS-COV-2.
La ansiedad y depresión son síntomas característicos que surgen ante toda pandemia. Y esta pandemia tiene características muy definidas que obligan al resguardo y aislamiento social, lo que implica dejar de convivir con familiares, pérdida de familiares, de amigos. Como se ha dado a lo largo de un tiempo prolongado, las afectaciones en las emociones agudizan los efectos en la salud mental de la población en general.
Destacó que en México se carece de recursos para la atención médica y la atención psicológica está aún más rezagada, por lo que no es posible brindar esta atención a toda la población que lo requiere.
“Estamos en un momento en el que se revalora la importancia de la salud mental y se vuelve a poner en la agenda de salud pública, ya que es necesario que la gente se atienda y reciba este servicio”.
La especialista subrayó que, si bien el impacto en la salud mental se ha agudizado de manera general, el personal del sector salud ha sido uno de los más afectados y menos atendidos.
Por ello recomendó que tanto las familias, como las propias instituciones de salud apoyen a los profesionales que se encuentran en esta situación.
Sugirió brindar apoyo emocional, canalizarlos con líneas de atención telefónica -esto ha sido un gran recurso que está dando resultados muy positivos e inmediatos en población general-; para aquellos médicos que tuvieron que cambiar de residencia, las familias deben mantener la comunicación vía remota a través del uso de medios digitales, llamadas, video llamadas, si se detectan factores de riesgo, mantenerse cercanos a ellos, buscar tiempos de recreación y distracción, mientras que, las instituciones de salud deben brindar un espacio cómodo y cubrir sus necesidades básicas y de descanso.
Indicó que, de manera general, es preciso realizar actividades que nutran al individuo y lo hagan sentirse bien, evitar pensar todo el tiempo situaciones de COVID. “El ser humano tiene una capacidad de adaptación impresionante y hoy más que nunca es indispensable hacer uso de esa capacidad, regresar a lo básico, comer bien, dormir bien, hacer ejercicio, mantener el contacto social, mantenerse ocupados, informarnos y tener un tiempo de esparcimiento”, dijo.
Agregó que la búsqueda de información constante sobre la pandemia, puede conducir a fuentes no confiables y se corre el riesgo de entrar en contacto con información catastrófica o incorrecta y con ello, aumentar la ansiedad, tristeza, frustración, impotencia, incluso miedo, que es lo que se trata de evitar.
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