La Comisión Global propone una importante revisión del diagnóstico de obesidad
The Lancet Diabetes & Endocrinology: La Comisión Global propone una importante revisión del diagnóstico de obesidad, yendo más allá del IMC para definir cuándo la obesidad es una enfermedad.
Foto; cortesía de Federación Mundial de Obesidad
Los enfoques médicos actuales para diagnosticar obesidad se basan en el IMC, que no es una medida fiable de salud o enfermedad a nivel individual. Esto puede dar lugar a diagnósticos erróneos, con consecuencias negativas tanto para las personas que viven con obesidad como para la sociedad en general.
La Comisión sobre Obesidad Clínica recomienda un nuevo enfoque, más detallado, que combine las medidas de grasa corporal -por ejemplo, circunferencia de cintura o medición directa de grasa- además del IMC para detectar obesidad y reducir el riesgo de una clasificación errónea.
Además, los autores introducen dos nuevas categorías diagnósticas de obesidad: 'obesidad clínica' (una enfermedad crónica asociada con disfunción activa de órganos debido exclusivamente a obesidad) y 'obesidad preclínica' (relacionada con un nivel variable de riesgo de salud, pero sin enfermedad en curso).
La Comisión pide que todas las personas que viven con obesidad reciban asesoramiento personalizado en salud y atención basada en evidencia, sin estigma ni culpabilización, con estrategias diferenciadas para la obesidad clínica y preclínica.
El trabajo de una Comisión global, publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology y respaldado por 75 organizaciones médicas a nivel mundial, presenta un enfoque innovador y detallado para diagnosticar obesidad, basado en otras medidas de exceso de grasa corporal además del índice de masa corporal (IMC), y en signos y síntomas objetivos de mala salud a nivel individual.
El objetivo de la propuesta es abordar las limitaciones de la definición y el diagnóstico tradicionales de la obesidad, que han obstaculizado tanto la práctica clínica como las políticas de salud, e impedido que las personas con obesidad reciban la atención que necesitan. Al proporcionar un marco coherente desde el punto de vista médico para el diagnóstico de enfermedades, la Comisión también tiene como objetivo resolver la disputa en curso sobre la consideración de la obesidad como enfermedad, que ha estado en el centro de uno de los debates más controvertidos y polarizadores de la medicina moderna.
El presidente de la comisión, el profesor Francesco Rubino, del King's College London (Reino Unido), afirma: “La pregunta de si la obesidad es una enfermedad es errónea, porque presupone un escenario simplista de todo o nada, donde la obesidad es siempre una enfermedad o nunca lo es. Sin embargo, la evidencia muestra una realidad más compleja. Algunas personas con obesidad pueden mantener el funcionamiento normal de sus órganos y una salud general adecuada incluso a largo plazo, mientras que otras presentan signos y síntomas de una enfermedad grave de manera inmediata”.
“Considerar la obesidad únicamente como un factor de riesgo, y nunca como una enfermedad, puede negar de manera injusta el acceso a atención médica oportuna a las personas que están experimentando problemas de salud debido a la obesidad por sí sola. Por otro lado, una definición general de la obesidad como una enfermedad puede resultar en un sobrediagnóstico y a un uso indebido de medicamentos y procedimientos quirúrgicos, con el potencial de causar daño al individuo y costos desmesurados para la sociedad”.
"Nuestro replanteamiento reconoce la realidad matizada de la obesidad y permite una atención personalizada. Esto incluye el acceso oportuno a tratamientos basados en evidencia para individuos con obesidad clínica, como corresponde para las personas que padecen de una enfermedad crónica, así como estrategias de manejo para la reducción de riesgos para las personas con obesidad preclínica, quienes tienen un mayor riesgo de salud, pero no presentan enfermedad en curso. Esto facilitará una asignación racional de los recursos de atención médica y una priorización justa y médicamente significativa de las opciones de tratamiento disponibles."
"Con más de mil millones de personas en el mundo que actualmente se estima que viven con obesidad, la propuesta de la Comisión ofrece una oportunidad para que los sistemas de salud a nivel mundial adopten una definición universal y clínicamente relevante de la obesidad, así como un método más preciso para su diagnóstico."
El Dr. Ricardo Luna, Presidente Fundador y Miembro Honorario de la Sociedad Mexicana de Obesidad, destaca que México se encuentra entre los países con las tasas más altas de obesidad infantil a nivel mundial, y en la población adulta la prevalencia de obesidad también es significativamente elevada. "La obesidad, al igual que cualquier otra enfermedad, requiere de herramientas que permitan a los profesionales de la salud realizar un diagnóstico más preciso e individualizado”.
Los métodos actuales para diagnosticar la obesidad son ineficaces
Existe un debate continuo entre clínicos y responsables de políticas sobre el enfoque diagnóstico actual de la obesidad, el cual es propenso a la clasificación errónea del exceso de grasa corporal y a un diagnóstico equivocado de la enfermedad.Parte del problema se debe a que actualmente la obesidad se define mediante el IMC, considerando un IMC superior a 30 kg/m² como indicador de obesidad en personas de ascendencia europea. También se utilizan puntos de corte de IMC específicos de cada país para tener en cuenta la variabilidad étnica del riesgo asociado a la obesidad.
Aunque el IMC es útil para identificar a personas con un mayor riesgo de padecer problemas de salud, la Comisión destaca que el IMC no es una medida directa de la grasa corporal, no refleja su distribución en el cuerpo y no proporciona información sobre la salud o enfermedad a nivel individual.“Basarse únicamente en el IMC para diagnosticar la obesidad es problemático, ya que algunas personas tienden a almacenar el exceso de grasa en la cintura o en los órganos y alrededor de ellos, como el hígado, el corazón o los músculos, lo cual se asocia con un mayor riesgo para la salud que cuando el exceso de grasa se acumula debajo de la piel de los brazos, las piernas u otras áreas del cuerpo.
Sin embargo, las personas con exceso de grasa corporal no siempre tienen un IMC que indique que viven con obesidad, lo que significa que sus problemas de salud pueden pasar desapercibidos. Además, algunas personas tienen un IMC alto y una alta cantidad de grasa corporal, pero mantienen funciones orgánicas y corporales normales, sin signos o síntomas de enfermedad activa”, afirma el Comisionado Profesor Robert Eckel, del University of Colorado Anschutz Medical Campus (EE. UU.).Más Allá del Índice de Masa Corporal (IMC)Aunque se reconoce que el IMC es útil como herramienta de cribado para identificar a personas que podrían estar viviendo con obesidad, los autores recomiendan alejarse del diagnóstico de obesidad basado únicamente en el IMC. En su lugar, proponen confirmar el exceso de masa grasa (obesidad) y su distribución en el cuerpo mediante uno de los siguientes métodos:
● Al menos una medición del tamaño corporal (circunferencia de cintura, relación cintura-cadera o relación cintura-estatura) además del IMC.
● Al menos dos mediciones del tamaño corporal (circunferencia de cintura, relación cintura-cadera o relación cintura-estatura), independientemente del IMC.
● Medición directa de grasa corporal (por ejemplo, mediante un escaneo de densitometría ósea o DEXA), independientemente del IMC.
● En personas con IMC muy elevado (por ejemplo, >40 Kg/m²), el exceso de grasa corporal puede asumirse de manera pragmática.
Dos nuevas categorías de obesidad: 'obesidad clínica' y 'obesidad preclínica'
La Comisión también propone un nuevo modelo para el diagnóstico de obesidad basado en medidas objetivas de enfermedad a nivel individual.
Obesidad clínica se define como una condición de obesidad asociada con signos objetivos y/o síntomas de reducción de la función de los órganos, o una capacidad significativamente reducida para realizar actividades cotidianas estándar, como bañarse, vestirse, comer y mantener la continencia, debido directamente al exceso de grasa corporal. Las personas con obesidad clínica deben ser consideradas como pacientes con una enfermedad crónica activa y deben recibir un manejo y tratamiento adecuados.
● La Comisión establece 18 criterios diagnósticos para obesidad clínica en adultos y 13 criterios específicos para niños y adolescentes, que incluyen:
● Dificultad para respirar debido a los efectos de la obesidad en los pulmones
● Falla cardíaca inducido por la obesidad
● Dolor en las rodillas o caderas, con rigidez articular y reducción del rango de movimiento como efecto directo del exceso de grasa corporal sobre las articulaciones
● Ciertas alteraciones en los huesos y las articulaciones en niños y adolescentes que limitan el movimiento
● Otros signos y síntomas causados por la disfunción de otros órganos, incluyendo los riñones, las vías respiratorias superiores, los órganos metabólicos, el sistema nervioso, el sistema urinario y reproductivo, y el sistema linfático en las extremidades inferiores
La obesidad preclínica es una condición de obesidad con función orgánica normal. Las personas que viven con obesidad preclínica, por lo tanto, no tienen una enfermedad en curso, aunque tienen un riesgo variable pero generalmente elevado de desarrollar obesidad clínica y otras enfermedades no transmisibles (ENT) en el futuro, como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer y enfermedades mentales, entre otras. Por lo tanto, deben recibir apoyo para reducir el riesgo de desarrollar posibles enfermedades.
Las personas con obesidad necesitan una atención personalizada
El replanteamiento de la obesidad que hace la Comisión está diseñado para asegurar que todas las personas que viven con obesidad reciban el asesoramiento sanitario adecuado y atención basada en evidencia cuando sea necesario, con diferentes estrategias para la obesidad clínica y la obesidad pre-clínica.
Las personas con obesidad clínica deben recibir tratamiento oportuno y basado en evidencia, con el objetivo de recuperar o mejorar completamente las funciones corporales reducidas por el exceso de grasa corporal, en lugar de centrarse únicamente en la pérdida de peso. El tipo de tratamiento y manejo para la obesidad clínica, ya sea mediante cambios en el estilo de vida, medicación, cirugía, etc., debe basarse en una evaluación individual de riesgos y beneficios, y determinarse a través de una discusión activa con el paciente.
Las aseguradoras de salud en todo el mundo a menudo requieren evidencia de otras condiciones asociadas con la obesidad (por ejemplo, diabetes tipo 2) para ofrecer cobertura de terapias para la obesidad. Como una enfermedad crónica distinta en sí misma, la obesidad clínica no debería requerir la presencia de otra enfermedad para justificar la cobertura.
Las personas que viven con obesidad pre-clínica están en riesgo de desarrollar enfermedades en el futuro, pero no presentan complicaciones de salud actuales debido al exceso de grasa corporal. En consecuencia, el enfoque para su atención debe centrarse en la reducción de riesgos. Dependiendo del nivel de riesgo individual, esto puede requerir solo asesoramiento de salud y monitoreo a lo largo del tiempo, o tratamiento activo si es necesario para reducir los niveles de riesgo sustancialmente altos.
"Este planteamiento detallado de la obesidad permitirá aplicar enfoques basados en evidencia y personalizados para la prevención, el manejo y el tratamiento en adultos y niños que viven con obesidad, lo que les permitirá recibir una atención más adecuada, proporcional a sus necesidades. Esto también ahorrará recursos en el sistema de salud al reducir la tasa de sobrediagnóstico y tratamientos innecesarios", dice la Comisionada Profesora Louise Baur, Universidad de Sydney (Australia).
La Comisión involucró a 56 expertos de renombre mundial en una amplia gama de especialidades médicas, incluyendo endocrinología, medicina interna, cirugía, biología, nutrición y salud pública, representando a numerosos países y diversos sistemas de atención médica. Además, la Comisión incluyó a personas que viven con obesidad y consideró específicamente el posible impacto de las nuevas definiciones de obesidad en el estigma generalizado en la sociedad.
"Los estudios demuestran que la forma en que se suele hablar de la obesidad contribuye al estigma relacionado con el peso, lo que dificulta su prevención, manejo y tratamiento. El enfoque propuesto por esta Comisión puede ayudar a aclarar conceptos erróneos y a reducir el estigma. También instamos a mejorar la formación del personal sanitario y de los responsables de políticas públicas para abordar este problema," señala Joe Nadglowski, defensor de pacientes y Comisionado de la Obesity Action Coalition (EE. UU.).
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