Obesidad y diabetes agravan influenza y COVID-19
En México, más del 70% de muertes por COVID-19 se han relacionado con enfermedades de proceso inflamatorio como la obesidad y la diabetes.
Actualmente, sabemos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que la obesidad es una enfermedad crónica, degenerativa, que va a tener repercusiones a nivel sistémico en los individuos y que puede derivar en otras enfermedades, dado que el grado de adiposidad (sobre todo a nivel central) puede generar padecimientos como diabetes, hipertensión, colesterol y triglicéridos elevados, entre muchas otras alteraciones.
La Dra. Ariana Canché, médico internista y nutrióloga clínica, explica por qué se considera que la obesidad es la madre de todas las enfermedades: “El hecho de que tengamos un exceso de grasa va a generar una mayor circulación de las células de grasa, llamadas adipocitos. La cronicidad va a hacer que este exceso de grasa al mismo tiempo se vaya depositando en el hígado, en las arterias y comience una degeneración de endurecimiento a nivel de los vasos sanguíneos.
Con el consecuente volumen que el cuerpo puede soportar, ortopédicamente vamos a tener un exceso de peso y de presión, entonces, el sistema mecánico también va a empezar a alterarse. Estas células que deberían estar destinadas para protegernos del frío y como reserva de energía en caso de ayuno o de inanición, van a estar ocupadas tratando de inflamar otros sitios. Por eso, la gente con sobrepeso tiene anticuerpos y defensas mucho menos efectivas que la gente que está sana y tiene un peso adecuado”.
Mientras más grasa tenga un individuo (en relación de kilos y talla) mayor será su edad metabólica. En México, crece la tendencia de los jóvenes de 20 años con índices de masa corporal tan altos que su edad metabólica parece de alguien de 80 años. “Vemos cada vez más a pacientes jóvenes con estados inflamatorios por la obesidad, y empezamos a ver que en la cronicidad, la insulina no tiene el efecto deseado y los triglicéridos y el colesterol aumentan. Entonces, realmente no le llamaría ‘resistencia a la insulina’, sino obesidad”, agrega la Dra. Ariana.
En el caso de la diabetes tipo 2, esta ‘resistencia a la insulina’ significa que la obesidad es la responsable de que el páncreas no funcione adecuadamente. La grasa visceral es la que mayor daño causa para tener enfermedades metabólicas.
En cuanto a las enfermedades virales combinadas, como en este caso lo es la influenza y el COVID-19, la Dra. Canché destaca que ambas comparten características en sintomatología hasta el grado de poder confundir una enfermedad con la otra. Menciona: “Los patógenos no tienen selectividad. El paciente con obesidad es igual de susceptible ante cualquiera de las dos, influenza o COVID-19. Para ambas enfermedades, en esta temporada va a ser igual de importante el riesgo de contagio, hay que estar prevenidos”.
Uno de los peores escenarios es que alguien que ya contrajo influenza además sume contraer coronavirus al mismo tiempo, pues la segunda enfermedad llega a un cuerpo con la inmunidad totalmente baja y eso aumenta mucho más la mortalidad.
Si se vive con diabetes o con obesidad, y se suman entidades como COVID-19 o influenza, la mortalidad puede ser mayor, la sintomatología se puede presentar mucho más agresiva, los órganos se pueden deteriorar más rápido y afecta más al individuo inmunológicamente. En este sentido, la Dra. Canché concluye: “El riesgo inflamatorio que tiene en sí la obesidad en las enfermedades crónicas juega un papel mucho más importante para las defensas del paciente ante estos dos virus. No perdamos de vista que la obesidad es una enfermedad crónico-degenerativa y debe ser tratada como tal”.
Para bajar de peso de una forma segura, es recomendable acudir al médico para recibir un tratamiento integral y personalizado de sobrepeso y obesidad, de acuerdo con las condiciones de cada uno de los pacientes, ya que todos somos distintos. Existen diversos fármacos, como la metformina, la cual además de contribuir en la baja de peso, puede ser la diferencia entre estar como prediabético y ser diabético. EL médico establecerá qué requerimos sin dañar nuestra salud para disminuir el riesgo de enfermedades asociadas, como lo son la hipertensión y la diabetes.